HÉROES Y MÁRTIRES DEL PARTIDO SOCIALISTA

Rafael Madrid Gálvez
¡ Presente !

 

Nació el 3 de marzo de 1950, en el seno de una familia modesta afincada desde siempre en los viejos barrios de Quinta Normal.

Cursó sus estudios primarios en la Escuela Básica Nº 3, ubicada en Mapocho, para luego seguir sus estudios secundarios en el Liceo de Hombres Nº 9 (actual Liceo A 78), también de Quinta Normal, donde destacó como vicepresidente de su centro de alumnos. En ese rol, recuerdan sus ex compañeros, su énfasis estuvo puesto en las reivindicaciones estudiantiles y en una constante lucha por modificar las políticas reaccionarias y conservadoras que se implementaron en la educación chilena.

Hincha de Colo Colo, solía llevar a Sergio, su hermano menor, a disfrutar de los partidos en el Estadio Nacional, sobre todo a los clásicos cuando el elenco albo enfrentaba a la Universidad de Chile o cuando le correspondía jugar por algún campeonato más importante, como la Copa Libertadores de América. Dirigente liceano y en la UTE

En su rol como dirigente liceano, y en las tareas culturales y sociales de su barrio, Rafael se fue acercando a la izquierda, generando en él una fuerte y prematura conciencia social, que lo llevó a definirse políticamente por el Partido Socialista, al que ingresó a mediados del año 1969. En las filas del Partido y de la Juventud, Rafael pronto comenzó a destacar por su activa participación en congresos, conferencias y actividades de masas, sobre todo en temas de carácter organizativo, que fue su sello distintivo al interior del socialismo, lo que lo llevó a protagonizar la formación de múltiples núcleos en diversos sectores de Quinta Normal.

Al finalizar su enseñanza media, en 1970, ingresa a la Universidad Técnica del Estado (UTE), matriculándose en la carrera de Pedagogía en Castellano, donde una vez más destaca como dirigente estudiantil, en su calidad de vicepresidente del centro de alumnos de Castellano (que fue presidido por el joven comunista Osiel Núñez).

Ya en esa época comenzó su carrera laboral como profesor, haciendo clases de castellano y de otra materias a los niños de la Escuela Básica “Elvira Santa Cruz” de Quinta Normal, entregando valores como la solidaridad y el respeto a sus educandos, vocación que le hizo ser muy querido por sus alumnos, apoderados y colegas de esa pequeña escuela. Su vocación pedagógica también la desplegó haciendo clases a pobladores y niños del Campamento “Che Guevara” (hoy Población Santa Anita de Lo Prado), en el sector conocido como Barrancas, clases que se hacían en destartalados buses estacionados en ese campamento, a manera de improvisadas aulas.

El 3 de octubre de 1973, a pocos días del golpe militar, Rafael -que se había negado a asilarse y a salir del país- fue detenido por efectivos militares fuertemente armados desde el domicilio de un familiar, a cuadras de su hogar. La patrulla que lo detuvo -en compañía de Gastón González, otro militante socialista intensamente buscado- la componían efectivos del Regimiento Guardia Vieja de Los Andes, unidad que asumió el control militar de la zona de Quinta Normal y de Barrancas, y que operaban desde el Internado Nacional Barros Arana y del propio parque Quinta Normal, donde instalaron sus cuarteles de campaña.

Rafael y Gastón fueron trasladados a la 12ª Comisaría de Carabineros y luego a la Casa de la Cultura de Pudahuel (Barrancas), donde coincidieron con otros cuatro militantes socialistas y uno del MIR allí detenidos (Carlos Ibarra, Exequiel Contreras, José Elías Núñez y Alberto Soto, respectivamente), los que serán asesinados el 9 de octubre en Pudahuel.

Rafael y su compañero, en tanto, son intensamente interrogados en la Casa de la Cultura de Pudahuel, para ser nuevamente trasladados en la madrugada del día 4 de Octubre a la carretera en el sector del Tunel Lo Prado.

Testimonios recibidos señalan que en este lugar fueron obligados a correr, con el objeto de simular una fuga y les dispararon, quedando ambos heridos. Efectivos de Carabineros que llegaron al lugar encontraron que sólo Rafael Madrid estaba muerto y el otro muy mal herido, trasladándolo a la Posta Tres.

Al momento de su asesinato, Rafael tenía 23 años de edad.