LOS CAMBIOS VIVIDOS EN ESTE TIEMPO TAN ACELERADO, HACEN NECESARIA UNA PUESTA AL DÍA
Los cambios vividos en este tiempo tan acelarado, hacen necesaria una puesta al día
Situación Internacional:
La lógica del capitalismo atenta contra la civilización. El socialismo es una necesidad para la humanidad y en la lucha por forjarlo se juega el destino de la vida en el planeta. El mundo está presenciando la proliferación de conflictos regionales y una creciente intervención militar de los países más grandes en los asuntos internos de otros países. La desaparición del conflicto Este-Oeste, que durante tanto tiempo pusiera al mundo al borde de la guerra nuclear, no trajo una época de paz y de crecimiento como se pregonaba. La OTAN o NATO por sus siglas en inglés, ha expandido su poder belico mediante la incorporación de otros países, un importante aumento de su arsenal militar y un permanente despliegue de fuerzas militares para intervenir en otros países.
En los años que han trascurrido del nuevo milenio, hemos asistido a la instalación de un mundo donde coexisten junto a los grandes dramas e injusticias que el capitalismo ha generado en el planeta, la decadencia económica de los EEUU, que sin embargo mantiene su fortaleza militar junto a la crisis global del sistema capitalista. En tanto el sistema capitalista pone en riesgo la supervivencia de la humanidad, la contradicción fundamental del período puede visualizarse en los términos de ”socialismo o barbarie”. La misma pasa hoy por la oposición entre unipolarismo imperialista sin reglas y la cooperación, el intercambio, la solidaridad y la integración de los pueblos.
El socialismo chileno está a favor de un orden internacional basado en la paz y en el respeto a la soberanía de los Estados. Estas condiciones son necesarias para garantizar las posibilidades del desarrollo de todos los países y del bienestar de los pueblos. El sistema mundial debe estar basado en la cooperación internacional para construir un mundo donde puedan darse las condiciones para el desarrollo de la potencialidad del ser humano.
Los socialistas consideramos que en esas condiciones no hay lugar para la existencia de alianzas militares de cualquier signo y justificativo alguno para las enormes sumas destinadas a financiar los gastos militares.
Todos los pueblos necesitan contar con las garantías de justicia y paz que permitan construir un mundo mejor. El socialismo cree en la existencia de un derecho internacional justo y equitativo, con organizaciones representativas que preserven la paz sin opresión tanto para los países grandes como para los países pequeños.
El socialismo por ende rechaza el terrorismo de cualquier signo con la excusa de ejercer el derecho a la defensa o bien amparado en fundamentos teócraticos. El terrorismo conduce a la pobreza, a la explotación, a la denigración de la vida humana y se acienta en la irracional e indiscriminada represión con la pérdida de vidas humanas que no pueden justificarse. El terrorismo no puede ser combatido únicamente con la fuerza; es necesario solucionar los problemas de hambre y miseria, que significan la pérdida de la dignidad del ser humano, mediante la implementación de programas específicos destinados a integrar a toda la humanidad en el proceso del progreso, del bienestar, de la paz.
La salida de la crisis del capitalismo, solo puede hacerse con transformaciones profundas. Desarrollar la producción real, la inversión productiva, superar la financiarización especulativa - la que hasta ahora promete crecimiento pero solo para unos pocos -, a través del desarrollo de las fuerzas productivas, implica el estímulo y la satisfacción de las necesidades de la gente en salud, educación, vivienda y alimentación. Esto solo puede hacerse si la población toma en sus manos el manejo de la economía con criterios de racionalidad y justicia, lo que supone una democracia política, económica y social que se sigue llamando socialismo.
América Latina:
El mundo y América Latina avanza hacia una mayor integración de las naciones y de los pueblos. Los intercambios económicos, comerciales y culturales han acercado a los pueblos mediante la desaparición de las distancias y los tiempos.
La globalización actual irrumpió en las relaciones internacionales de la mano de los intereses financieros y de las corporaciones multinacionales que controlan los flujos financieros y las dos terceras partes del comercio internacional. Existe un mundo financiero que no respeta las fronteras, que invade las soberanías y que está a disposición de los intereses más poderosos. Los únicos países que han logrado reducir la pobreza en este período de globalización en America Latina han sido aquéllos que han sabido mantener el control sobre sus destinos.
La globalización capitalista ha acentuado la enorme dependencia de las naciones de los organismos internacionales como el Fondo Monetario Internacional, el Banco Mundial y la Organización Mundial de Comercio, los que se han erigido en guardianes de los capitales financieros, imponiendo condiciones y políticas infrahumanas que sólo perpetúan el atraso, la falta de oportunidades, la miseria y la explotación.
Los socialistas chilenos desde la fundación misma del Partido, y las fuerzas socialistas del continente, apoyan la desaparición de las fronteras y la libre circulación de bienes. Pero esta liberalización debe ser progresiva, equitativa, con reglas equilibradas y respetadas por todos los países. La liberalización del intercambio en las condiciones fijadas por los países desarrollados y sus intereses comerciales no ha sido equilibrada y no ha respetado tampoco los principios de lograr una mejor distribución de los ingresos. El libre intercambio debe implicar la apertura de los mercados de los países desarrollados a los productos del mundo subdesarrollado.
El socialismo aspira a una globalización dirigida a satisfacer los intereses de las mayorías y aprovechar las ventajas de la desaparición de las fronteras. Una globalización dirigida a superar la pobreza y la miseria en el mundo.
El Estado debe asegurar que la explotación de los recursos naturales sirva al desarrollo del país mediante el control de la renta que genera su explotación. El excedente debe servir para mejorar las condiciones de vida de la población y aportar al desarrollo de sectores productivos. El Estado debe crear los medios para evitar la transferencia de los excedentes hacia las casas matrices en los países centrales mediante la utilización de técnicas contables o sociedades fantasmas.
Al mismo tiempo, nuestra relación con los organismos multilaterales de financiamiento deberá basarse, de modo irrenunciable, en el resguardo de nuestra plena soberanía nacional, reconociendo nuestra pertenencia a dichas organizaciones pero negociando con ellas en un plano de plena igualdad, sin ningún tipo de condicionamientos y reclamando el trato igualitario que las cartas fundacionales de tales organismos oportunamente estipularon.
En la misma dirección, el elevado peso del pago del capital y los intereses correspondientes a la Deuda Externa de los Estados de América Latina deben dejar de ser un factor altamente distorsivo en el uso de los recursos presupuestarios nacionales. Así, previo a un análisis acerca de la licitud de la citada Deuda, sólo se va a hacer frente a aquella parte que es legítima, luego de una fuerte quita y un extenso periodo de espera para permitir el relanzamiento de la economías nacionales.
En el proceso de globalización, se torna imprescindible propiciar una estrategia de inserción en el escenario económico internacional que privilegie la integración de los pueblos latinoamericanos, que dé impulso a la plena participación del pequeño y mediano empresariado nacional y democratice el funcionamiento de los organismos de cooperación subcontinentales, a partir de la conformación de un parlamento regional, consagrado por el voto popular. Ello supone el rediseño del MERCOSUR y la CELAC para que dejen de ser un instrumento cautivo de los grandes grupos económicos y se transformen en las herramientas de intercambio comercial, cultural, científico, social y consolidación política de los pueblos que lo componen, ampliándolo al resto de los países latinoamericanos y ocupando un lugar en el proceso globalizador a favor de los trabajadores.
(… Recomendamos leer, escuchar o ver la majestuosa intervención de Salvador Allende en la Asamblea de Naciones Unidas en 1972, donde ya denunciaba esto…)
El carácter socialista del partido:
El Partido Socialista de Chile, próximo a cumplir 82 años, es una organización política de la clase trabajadora compuesta por hombres y mujeres que luchan contra todo tipo de explotación, aspirando a transformar la sociedad para convertirla en una sociedad libre, igualitaria, solidaria y en paz que lucha por el progreso y la justicia social.
La historia y trayectoria del Partido Socialista representa los intereses de trabajadores manuales e intelectuales, y desde esa perspectiva, impulsa la transformación revolucionaria de todas las formas oligárquicas y de dependencia que condicionan y limitan la expresión de la voluntad popular y la posibilidad de nuestro pueblo de elegir su propio destino.
Somos un Partido de izquierda, intransigentemente democrático y al servicio de los sectores más vulnerables y explotados de la sociedad, y que esta abierto a la participación de hombres y mujeres que expresan sus ideas, sus preocupaciones y que buscan soluciones.
Somos un partido orgulloso de su historia, transparente, abierto a los cambios, a la evolución y a la innovación. Que cree y practica otra forma de hacer política: la que se entiende, esa política que es participativa, la que es próxima a la gente, sensible a sus angustias, problemas y deseos.
Nuestra razón de ser no es otra que la de contribuir a alcanzar una sociedad mejor, detectando los problemas que agobian a nuestro pueblo y aportando soluciones, sobre la base de los principios de libertad, igualdad, solidaridad y justicia social.
En tal sentido es que reafirmamos la existencia y desarrollo de un Partido que se rige por la firme convicción de la vigencia del socialismo, entendiéndolo, como la única salida viable a los problemas globales que afligen a la humanidad contemporánea, generados esencialmente por el capitalismo que mantiene en serio riesgo la estabilidad y el desarrollo al someter a los pueblos, especialmente a los trabajadores, a la desigualdad y las carencias, generando, en definitiva, profundos desequilibrios económicos, sociales, humanos y ecológicos.
Un nuevo partido para nuevos desafíos:
El fortalecimiento del Partido Socialista de Chile en Suecia exige de una nueva institucionalidad, en las que la deliberación sea vinculante y garantizada y la elección de autoridades siga procedimientos estables, sanos y conocidos. La revisión del padrón electoral y la generación de mecanismos que garanticen igualdad entre los distintos actores que pugnan por ostentar cargos de autoridad partidaria son imprescindibles, así como la existencia de instancias efectivamente independientes que den fe de la calidad y fidelidad de los procedimientos aplicados.
El Partido Socialista de Chile en Suecia en el plano interno debe garantizar un proceso institucional de deliberación programática que permita contar con propuestas legitimadas por deliberaciones públicas de su militancia, con las que salir a la palestra política e ideológica. 5 o 4 cabezas no piensan más que decenas o cientos de militantes.
Pero junto a esto, el Partido Socialista por primera vez en la historia política de Chile, saldrá a buscar la adhesión ciudadana entre las chilenas y chilenos que viven en este país -y en todos los rincones del mundo-, los cuales podrán votar en las elecciones primarias de 2017 y presidencial de 2018. El Partido Socialista de Chile en Suecia no puede conformarse con un 10 a 12% de adhesión que consigue el PS en el interior del país. Votar por el PS en Suecia debe representar una opción de cambio que apuesta a constituirse en mayoría. Pero ello representa modificar la forma de construir y actuar políticamente como Partido. En tal sentido, se necesitará una acción distribuida en el conjunto del territorio y organizada fundamentalmente en torno a las grandes ciudades, en las cuales residen más de 50.000 compatriotas en este país. Pero esto representa una importante demanda de formación para los militantes, el reclutamiento de nuevos y una responsabilidad mayor para cada nivel direccional del partido.
Es preciso que las autoridades que el partido se de en las elecciones internas de abril de 2015, la condición de ostentar el cargo, no constituya ninguna fuente de privilegio, distinta al reconocimiento de la buena práctica política y haber respondido apropiadamente al conjunto del Partido del nivel decisional que se representa.
Nuestro desafío es llevar adelante un proceso de deliberación para construir propuestas que expresen el ideario socialista en la situación actual y proyectado para nuestro trabajo en Suecia los próximos años. Pero no solo ello, sino posicionar estas ideas en el Partido y la comunidad de chilenos en Suecia a cada nivel organizacional y político. Necesitamos posicionar nuestros militantes con la apuesta de construir el poder que haga posible mañana el imposible de hoy.
Proponemos al conjunto de la militancia la convergencia en una fuerza transversal de conducción del Partido Socialista en Suecia, por lo que será necesario impulsar nuevas prácticas políticas, haciendo simétrico aquello que demandamos para la sociedad para nuestro propio Partido.
De aquí al 2017 las batallas que sostendremos las y los socialistas no serán fáciles ni exentas de complicaciones, de allí que de ahora en adelante, convoquemos a las y los militantes al trabajo, a fortalecer la organización y a la lucha que nos llevará al éxito, que sabemos podemos lograr si dejamos de lado las querellas internas, las vacilaciones y nos volcamos a la tarea que nos convoca nuestro gobierno, nuestro Partido y nuestra propia realidad. No hacerlo constituirá una irresponsabilidad con nuestro pueblo y el socialismo, abriendo espacio una vez más para el oportunismo, antesala y/o consecuencia de la pérdida de la adhesión democrática que necesitamos conquistar.
Palabras finales o conclusiones:
En definitiva, y no podría ser de otra forma, convocamos a la construcción de un Partido que aborde los problemas complejos de una sociedad cambiante como la que vivimos. Ya que el objetivo del proyecto político de las y los socialistas para los próximos años consiste fundamentalmente en cumplir el Programa de Cambios ofrecido por la Presidenta Michelle Bachelet y Nueva Mayoría. Ello es así por dos razones. En primer lugar, porque para las y los socialistas el cumplimiento de nuestras promesas es un elemento básico de la forma de gobernar que hemos comprometido a través de nuestra historia con el pueblo. En segundo lugar, porque se trata de un Programa consistente, coherente con un proyecto, largamente discutido y ampliamente compartido con los diversos sectores sociales. Un programa realista que ha sido elaborado desde la vocación y responsabilidad de gobierno que siempre ha caracterizado a nuestro Partido.
Ya que en él Programa de Nueva Mayoría se garantiza:
- La defensa irrestricta y universal de los derechos ciudadanos.
- La equidad de género.
- La eliminación de todo tipo de discriminación.
- La vigencia efectiva de los derechos de la infancia.
- La participación protagónica de la juventud.
- La protección integral de las personas mayores.
- El derecho de todos al trabajo.
- La inclusión e integración de los más postergados mediante políticas sociales de carácter universal.
- Salud para todos.
- La educación pública, universal, obligatoria, laica y gratuita.
- Vivienda digna y hábitat adecuado.
- La integración de las personas con necesidades especiales.
- La democratización de la cultura.
- El derecho a la seguridad ciudadana.
- La preservación del medio ambiente.
Al finalizar estas líneas hacemos un llamado a los militantes activos y a quienes venían tomando distancia del partido producto de sus prácticas sectarias y excluyentes, con el mismo espíritu que fuimos leales a la labor patriotica y revolucionaria de Salvador Allende y afrontamos la dictadura, cuando ningún beneficio personal podía esperarse de ello, tomemos la bandera hoy de activar y coordinar nuestras acciones, en procura de lograr cambios en el Partido Socialista, que le permitan conducir las transformaciones que el país necesita.
Es por todo ello que sostenemos que es necesaria una Nueva Constitución, como una demanda basada en la legitimidad para un nuevo Estado inspirado en una democracia profundizada es imprescindible. Proponemos refundar la estructura y las funciones del Estado de Chile en todos sus niveles y ámbitos operativos. Creando un Estado eficiente, moderno, capacitado y equilibrado, que este al servicio de las mayorías nacionales. El Estado debe garantizar el acceso a la seguridad alimentaria, educación, salud, vivienda, equipamiento e infraestructura social.
Y en tal sentido, los socialistas tenemos mucho que decir, mucho que hacer y tenemos mucho porque luchar. Reivindicamos para ello el aporte que el socialismo chileno ha realizado en su larga y fecunda trayectoria a las ideas políticas, sociales, económicas y culturales de nuestro país, muchas de las cuales hoy son parte del patrimonio colectivo de nuestro pueblo.
Estocolmo, 28 de febrero de 2015