ODESA: LOS CAZARON EN LOS PASILLOS Y LOS QUEMARON VIVOS

03.05.2024 00:19

Fue una ejecución en masa, de escarmiento, como las que ponían en práctica los nazis alemanes, para atemorizar y dar ejemplo.

El 2 de mayo de 2014, la población de Odessa salió a las calles a protestar contra la nazificación del país tras el golpe de estado del Maidán. La policía, apoyada por las bandas de choque nazis, reprimió fuertemente las manifestaciones. 

Las bandas de extrema derecha persiguieron a las y los manifestantes, que corrieron a refugiarse en la sede de los sindicatos de la ciudad, con fuerte historia de organización obrera y popular. 

Un grupo de manifestantes se refugió en la Casa de los Sindicatos, que fue incendiada por los terroristas de perfil fascista, asesinando al menos a 48 personas. Así, se ejecutaba un nuevo suceso en la escalada de violencia, desestabilización y derrocamiento del gobierno de Víktor Yanukóvich, que al poco tiempo comenzará a ser encabezado por Petró Poroschenko, dando inicio al régimen que se proyecta hasta hoy con la presidencia de Volodymyr Zelensky. 

Un verdadero crimen de Lesa Humanidad en la Casa de los Sindicatos de Odesa, donde los extremistas ucronazis asediaron el edificio donde se intentaban resguardar los manifestantes antigolpistas, lanzando bombas incendiarias a sus entradas y al interior, además de incontables actos criminales, con golpizas y torturas que provocaron la muerte y cientos de personas heridas, principalmente sindicalistas y militantes comunistas, entre las cuales se encontraban no pocos ancianos, mujeres, y menores. 

Es significativo señalar que Odessa era una de las ciudades con mayor tradición de izquierdas y organización obrera en el país. De hecho, en las elecciones parlamentarias de 2012, el Partido Comunista de Ucrania fue la primera mayoría electoral en la ciudad. 

Por estas razones, fue una de las ciudades donde más hubo protestas contra el desarrollo de los hechos que dieron lugar al derrocamiento del gobierno de Viktor Yanukóvich. Por ello, las bandas nazis tuvieron uno de sus principales escenarios de operaciones en esas semanas, trasladándose desde otras ciudades ya controladas por la junta de Kiev y el golpismo sostenido por los gobiernos de la Unión Europea y la OTAN. En lo específico, los nazis entraron en parte del edificio y asesinaron a varias personas: a una mujer embarazada la ahorcaron con el cable del teléfono y le partieron la espalda. A las demás personas las quemaron vivas; a los que intentaban salvarse tirándose por las ventanas, los asesinaron por disparos o golpes una vez que yacían heridos. 

Los medios occidentales silenciaron esta operación del Terrorismo de Estado, pese a vídeos y numerosos testimonios y pruebas sobre el crimen. El régimen ucraniano le otorgó impunidad a las bandas nazis y persiguió a las víctimas sobrevivientes. 

Estos hechos, junto al asesinato a fines de febrero de decenas de personas en manos de francotiradores que posteriormente se ha demostrado que resultaron ser contratados por el bando golpista, en una típica operación de bandera falsa destinada a responsabilizar al gobierno de Yanukóvich de las muertes, fueron centrales en el desencadenamiento de los hechos en los candentes primeros meses del 2014 en Ucrania.