OTRO MUNDO ES POSIBLE, UN MUNDO SOCIALISTA
El Capital
1. LAS MERCANCÍAS Y EL VALOR
2.1. Dinero como Medida de los valores.
2.2. Dinero como Medio de circulación.
2.3. Otras funciones del dinero.
2.4. La moneda y el papel moneda.
3. EL DINERO SE CONVIERTE EN CAPITAL. (de M-D-M a D-M-D´)
3.1. La fórmula de circulación simple de mercancías.
3.2. La fórmula general del capital.
3.3. La producción de la plusvalía.
4. EL CAPITAL GENERA PLUSVALÍA. EL TRABAJO ASALARIADO
5. LAS PLUSVALÍAS Y LOS SALARIOS. DIFERENTES MODOS DE EXPLOTACIÓN DE LA CLASE OBRERA
5.1. Los diferentes tipos de plusvalías.
- Plusvalía Absoluta.
- Plusvalía Relativa.
- Plusvalía Extraordinaria.
5.2. Los diferentes tipos de salarios.
- Salario en especie, salario nominal y salario real.
- Sistemas extenuantes de salario.
a) Salario por tiempo.
b) Salario a destajo.
Posteriores a Marx:
c) Taylorismo.
d) Fordismo.
e) Participación en los beneficios.
6. EL PROCESO DE ACUMULACIÓN DEL CAPITAL
6.2. La reproducción ampliada. Conversión de la Plusvalía en Capital
- Capitalización.
6.3. La ley general de la acumulación capitalista.
6.3.1 La composición orgánica del capital.
6.3.2 Capital individual, capital global y capital social.
6.3.3 Acumulación, concentración y centralización de capitales.
6.3.4 Producción progresiva del ejército industrial de reserva.
A MODO DE CON CLUSIÓN
Los ricos más ricos, los pobres más pobres.
0. Introducción
EL CAPITAL. CRÍTICA DE LA ECONOMÍA POLÍTICA, es la obra en la que Marx trabajó durante casi toda su vida. Si recordamos que los primeros estudios que hizo sobre Economía Política datan de los primeros años de 1840, y que su muerte ocurrió en 1883, comprobamos que El capital es fruto del trabajo de más de 40 años. Marx sólo vio la primera parte o el primer libro publicado, pero tras su muerte, Engels publicó otros dos libros, y ya desaparecido éste también, se publicó un cuarto libro que contenía varios cuadernos escritos por Marx pero no publicados antes.
En el prólogo a la primera edición, de 1867, nos dice Marx: "Lo que pretendo indagar en esta obra es el modo de producción capitalista y sus correspondientes relaciones de producción y circulación." Esto, expresado así de sencillo, era nada menos que comprender y describir en su totalidad el sistema económico capitalista, desde el pequeño detalle hasta la ley más general, desde sus orígenes y antecedentes hasta las causas de su previsto final. La pretensión no era pequeña, y el trabajo de Marx (entorpecido frecuentemente por la necesidad de escribir artículos sobre otros temas para ganarse el sustento) tampoco lo fue: el punto de partida son las nociones de Economía más básicas, y desde aquí va creciendo hasta convertirse en uno de los grandes monumentos intelectuales realizados por el ser humano. Economía, filosofía, historia, sociología... materias que ahora se estudian por separado, disciplinas que ahora se enseñan y aprenden en diferentes edificios, aparecen en El Capital ligadas bajo el objetivo de "indagar el modo de producción capitalista y sus relaciones de producción y circulación".
Ante esta perspectiva, nuestra pretensión aquí no puede más que quedarse en intentar explicar con sencillez una línea coherente que va desde la necesidad productiva de la persona hasta el empobrecimiento de la mayoría a manos de una minoría. El recorrido que seguiremos será el siguiente:
1. Las mercancías y el valor. Donde trataremos la producción de objetos y el valor que éstos adquieren al intercambiarse.
2. El dinero. Se verán las funciones que tiene el dinero, entre ellas las de mediador en el intercambio y la medida de los valores.
3. La conversión de dinero en capital. La función del dinero como simple mediador se transforma en el dinero como fin en sí mismo, el dinero como productor de más dinero. Esto se consigue convirtiendo el dinero en capital.
4. El trabajo asalariado. Donde descubriremos por qué el capitalismo es un sistema de explotación necesaria.
5. La plusvalía y el salario. Se describen los diferentes tipos de plusvalía que existen y los modos de explotación de la clase obrera.
6. El proceso de acumulación del capital. Y empobrecimiento del proletariado. Descubriremos por qué con este sistema económico los ricos se hacen cada día más ricos y los pobres son cada vez más pobres.
1. Las Mercancías y el Valor
Ya hemos visto que las personas, para vivir, necesitan transformar la naturaleza, necesitan producir. Estos productos fabricados pueden ser de uso personal o pueden también ser fabricados para cambiarlos por otros productos o venderlos.
La mercancía es el producto que, en lugar de ser consumido por sus productores/as, se destina al cambio o la venta. El agricultor/a se queda con varios kilos de patatas para propio consumo y vende el resto, convirtiéndolo en mercancía. El zapatero/a que hace sus propios zapatos no está fabricando una mercancía, a no ser que no le queden bien y los ponga a la venta.
Los objetos que usamos o consumimos tienen para Marx dos tipos de valor, el valor de uso y el valor de cambio.
- Valor de uso: lo que valoramos del objeto es su utilidad, el uso que podemos hacer de él. Los objetos con un mayor valor de uso son aquellos que cubren nuestras principales necesidades, comer, descansar, aprender...
- Valor de cambio: viene dado por la condición del objeto como mercancía. Si queremos cambiar un producto por otro debemos establecer una proporción entre ambos.
El zapatero, por ejemplo, le cambia los zapatos al alfarero por objetos de barro, al carpintero por objetos fabricados en madera y al campesino por productos de la huerta.
Pero, ¿en qué proporción cambian sus respectivas mercancías? ¿Cuántos pares de zapatos por 20 kilos de patatas? A la hora de establecer estas proporciones, es decir el valor de cambio de cada producto, el valor de uso se deja de lado. Si el zapatero/a le dijese al campesino/a que debía darle patatas todos los días hasta que se le rompiesen los zapatos, el otro le diría que estaba loco.
Vamos a imaginarnos que cada uno expone a los demás su trabajo para ver cómo se llega a medir el valor de cambio de las mercancías:
- Zapatero: Mirad, el cuero de los zapatos no me ha costado nada porque es de piel de una vaca que se me murió el otro día, y el gasto que he hecho en aguja e hilo os lo voy a regalar, pero he pasado cuatro horas trabajando en este par de zapatos.
- Carpintero: Yo he recogido la madera del bosque, así que también me ha salido gratis, y tampoco pienso cobraros el gasto que he hecho en clavos ni en las herramientas (sierra y martillo), pero he estado trabajando en esta silla unas ocho horas.
- Alfarero: Pues yo he usado la arcilla que hay en el arroyo, que por supuesto me ha salido gratis, y mis principales instrumentos de trabajo son el torno que aquí el amigo carpintero me regaló por mi cumpleaños y el horno que el panadero me deja usar si llevo el carbón, sólo tenéis que tener en cuenta que paso una media de dos horas haciendo cada cuenco o jarro que fabrico. Si no calculo mal, a ti te daré dos cuencos por un par de zapatos y a ti cuatro por una silla. ¿Es justo?
- Zapatero: Es justo. Pero ahora mismo no me interesa cambiarte objetos de barro por mis zapatos porque no me hacen falta. Acepto el valor de cambio, 2 x 1, pero en estos momentos tu producto no tiene para mí valor de uso.
Si nos fijamos, de esta conversación podemos extraer dos ideas que ya nos resultan familiares y otra que será nueva, precisamente la que andamos buscando. Sabemos lo que son las materias primas, y sabemos lo que son los medios de producción, el concepto nuevo es aquél sobre el cual nuestros amigos has establecido la base para equiparar sus productos, el tiempo de trabajo. No es difícil de entender, a más tiempo dedicado a la elaboración del producto, más valor de cambio.
Así, el valor final de un producto vendrá dado por el coste de las materias primas necesarias para su elaboración, el coste de los medios de producción (máquinas y herramientas) necesarios para transformar las materias primas y el valor del tiempo empleado por el trabajador en su fabricación.
En nuestro ejemplo:
Materias Primas / Coste | Tiempo de Producción / Coste | Tiempo Trabajado / Coste | |
Zapatero/a | Cuero, hilo y clavos / Gratis | aguja, martillo / Gratis | 4 horas / 4 |
Alfarero/a | Arcilla / Gratis | Torno, Horno / Gratis | 2 horas / 2 |
Carpintero/a | Madera, clavos / Gratis | Martilllo, sierra / Gratis | 8 horas / 8 |
¿No os parece que nuestros amigos son muy buena gente? Es que son gente sencilla que se ayudan unos a otros. Ninguno de ellos piensa todavía en enriquecerse, ¿para qué?, con tener algunas cosas básicas (casa confortable, comida, ropa... y relaciones amistosas con los demás) pueden ser felices.
Sin embargo todavía tienen que hacer frente a un problema:
- Pero compañero zapatero, a mí sí que me interesa muchísimo poder disfrutar de tu mercancía, porque mi hija ya comienza a andar (¡sin cumplir un año!) y necesita tener los pies protegidos además de calentitos. ¿No podíamos solucionar esto de alguna forma?
2. El Dinero
Como solución a este problema se usa el dinero.
Desde antiguo se han usado muchas cosas como moneda de cambio (pieles, sal…), pero poco a poco el uso de los llamados metales preciosos fue generalizándose gracias a sus ventajas sobre el resto de objetos utilizados como moneda: su fácil divisibilidad, su moldeabilidad, duración…
Entre las varias funciones que Marx señala en el dinero-oro, aquí nos interesa resaltar las dos principales. El dinero como medida de los valores y como medio de circulación.
2. 1. Dinero como Medida de los valores
Para que un objeto pueda tomarse como medida del valor de otro, ha de tener en sí mismo un valor que pueda equipararse al valor del segundo. Por ejemplo, una piedra de 20 gramos de oro tiene el mismo valor que un saco de 100 kilos de trigo, o si vas al mercado te cambiarán la piedra de oro por los 100 kilos de trigo. ¿Cómo es esto posible? ¿Qué tienen en común el trigo y el oro?
La equivalencia que tienen el trigo y el oro sigue siendo la del trabajo humano invertido en ellos. El minero que extrae el metal (20 gramos) y el campesino que siembra cuida y recoge el trigo (100 kilos) han invertido en teoría el mismo esfuerzo humano. Al resultado de igualar entre sí todos los trabajos humanos individuales lo llamó Marx “trabajo social”. El trabajo social necesario para producir 20 gramos de oro es igual al que se necesita para producir 100 kilogramos de trigo.
El oro es un producto como otro cualquiera (también tiene valor de uso como adorno), sólo que es un producto que gracias a determinadas ventajas y al curso de la historia, ha terminado tomando el papel de medida de los valores de todos los demás productos.
Donde antes era: 1 par de zapatos = x sillas = y jarras de barro…
Ahora es: 1 par de zapatos = 2 gramos de oro
1 jarra = 1 gramo de oro
1 silla = 4 gramos de oro
El precio de cada producto se mide por el patrón oro.
2. 2. Dinero como Medio de circulación
La importancia del uso del dinero para la circulación de mercancías es evidente, visto el problema que antes describimos y que ha quedado resuelto. Ya no hace falta hacer el intercambio de mercancías directamente, sino que basta haberlo hecho antes con cualquier mercancía porque tu trabajo toma ahora la forma de dinero-oro. El alfarero puede comprar los zapatos porque antes vendió productos fabricados por él.
Gracias al dinero, el intercambio (simple) de mercancías toma la siguiente forma:
M – D – M (Mercancía – Dinero – Mercancía)
El/la trabajador/a cambia sus productos por dinero para comprar otras mercancías.
2. 3. Otras funciones del dinero
Funciones menores del dinero son las de medio de acumulación (quien no gasta todo el oro que gana puede guardarlo en un cajón sin riesgo a que se pudra o cosas así), las de medio de pago (los pagos a crédito, el campesino compra al ganadero dos mulas pero se las paga tras haber recogido y vendido la cosecha), y la de dinero mundial, porque al ser la moneda de cada Estado diferente, lo que vale en sus relaciones comerciales es el oro,
2. 4. La moneda y el papel moneda
El uso del oro como dinero tiene muchas ventajas pero también un inconveniente. En un principio, al acuñarse las monedas, éstas expresaban el precio del metal precioso en que estaban acuñadas. Una libra de plata inglesa (la moneda) pesaba exactamente una libra. Con el tiempo y el uso las monedas iban gastándose y perdiendo peso pero no por ello dejaban de aceptarse en el intercambio de mercancías. Esto se debe a que las monedas, además de expresar su peso en el metal que fuese, tenían una función simbólica. Con el tiempo, esta función simbólica de las monedas fue ganando importancia sobre el propio peso de las mismas, hasta que llegó a separarse definitivamente, como vemos con el uso del papel moneda, los billetes, que son sólo símbolos sin ningún valor en sí mismos (ningún valor de uso).
3. El Dinero se convierte en capital (De M-D-M a D-M-D’)
3. 1. La fórmula de la circulación simple de mercancías
El fin último del zapatero es cambiar un valor de uso por otro, vende zapatos y compra alimentos, sillas y mesas, ropa…
La fórmula, en este caso, es M4 – D4 – M4. El zapatero obtiene lo que necesita gracias a su trabajo.
3. 2. La fórmula general del capital
Para el empresario capitalista es diferente, se cambian completamente los términos: la fórmula general del capital es D – M – D’. El capitalista no vende para comprar sino que compra para vender, más exactamente, compra para vender más caro.
El fin deseado por el capitalista es simplemente enriquecerse. El punto de partida y el de llegada son lo mismo: el dinero. Desde luego que para que el capitalista tenga éxito en lo que pretende al final del proceso la cantidad de dinero debe haberse acrecentado. La fórmula que persigue nuestro capitalista es D4 –M4 – D6.
Pero, ¿de dónde sale este dinero de más que encontramos?
3. 3. La producción de la plusvalía
Marx llamó a este dinero de más plusvalía o plusvalor, es decir, valor añadido.
Según algunos economistas este excedente nace en el momento de la venta: el capitalista simplemente vende la mercancía por encima de su valor. Por ejemplo, contrata al zapatero y le paga 4 oro por cada par de zapatos, y luego los vende a 6 oro.
Pero Marx no estaba ni mucho menos de acuerdo con estos economistas; él miró las cosas con una perspectiva más amplia, y en vez de sacar sus conclusiones de un solo ejemplo como éste, estudia el proceso de forma general.
Bien, dice, supongamos con estos economistas que la plusvalía surge en el momento de la venta, de vender a 6 oro algo que ha costado fabricar 4 oro. Pero, ¿y ese comprador que se ha gastado 6 en vez de 4? Ese comprador, forjador de metales por ejemplo, se encuentra de repente con que el tiempo que empleaba en fabricar una lámpara de aceite, casualmente 4 horas, no le da para comprar un par de zapatos, que han subido a 6. ¿Qué hace? Pues vende la próxima lámpara a 6. Y se la vende a un granjero, que al notar la subida del precio de lo que compra, sube también lo que vende para no perder dinero.
En poco tiempo encontramos a nuestro capitalista, que se creía más listo que nadie, comprando dos gallinas al granjero a 3 oro cada una cuando antes le costaban solo 2. Es decir que vuelve a gastar lo que antes creía haber ganado.
Para que estos economistas tuviesen razón, nos sigue diciendo Marx, tendríamos que suponer que existe una clase de vendedores que jamás compran, pues sólo así no se gastarían el dinero de más que antes ganaron.
La ventaja que vemos en el análisis de Marx sobre el resto de los economistas se debe a que Marx conocía y manejaba un concepto que los otros desconocían o negaban: el de las clases sociales.
La clase capitalista está compuesta por vendedores, pero también son compradores. Así que según el supuesto anterior. lo que pasaría es que algunos capitalistas se enriquecerían mientras que otros perderían dinero, y pasado un tiempo sucedería al revés, los que antes perdieron ganarían y los otros perderían. Se robarían unos a otros, en palabras de Marx.
Los hechos mostraban otra cosa bien diferente: la clase burguesa se enriquecía en su conjunto. ¿De dónde saca esa cuota de plusvalía? ¿Cómo se incrementa el capital?
4. El Trabajador Asalariado
4.1. Definición de capital
Acabamos de ver que según Marx el capitalista no consigue su ganancia, la plusvalía, en el momento de la venta, es decir simplemente comprando algo y vendiéndolo más caro.
Si la plusvalía no se da en la venta debe darse por la fuerza en el momento anterior, el momento de la producción.
Vamos a imaginarnos que en la Inglaterra de 1850 un capitalista, que heredó una buena suma de dinero de su familia, decide montar una fábrica de zapatos para aumentar su fortuna. Posee un terreno para ello, y si no, lo compra y construye en él la fábrica. Necesita además la maquinaria (que se ha inventado ya) con sus repuestos y su mantenimiento, la materia prima, el combustible de la maquinaria y del edificio (electricidad o candiles, por ejemplo) y a los trabajadores (la fuerza de trabajo).
La fórmula general del capital se rellena de la siguiente forma:
D –M – (Med Prod / fuerza de trabajo) – Producción de M’ – D’
Dinero – Mercancía (medios de producción, incluyendo materias primas, y fuerza de trabajo) – Producción de mercancía transformada – Dinero.
Dentro de la fábrica encontramos al tatara…nieto de nuestro querido zapatero convertido en obrero proletario, vendiendo su trabajo (en realidad su fuerza de trabajo) al patrón a cambio de un salario.
La palabra obrero proviene de operación, es decir que un obrero es un operador de una maquinaria industrial. El concepto de proletario es más amplio e implica a todo aquél que por carecer de capital en propiedad, no tiene para comerciar en el mercado más que su fuerza de trabajo (es decir, sus músculos, su cerebro y su tiempo), que se ve obligado a vender como una mercancía a un propietario para sobrevivir.
Lo que obtiene a cambio de vender su fuerza de trabajo es lo que llamamos salario. Marx llamó a este trabajo “trabajo mercancía” porque se trata de una mercancía y que compra y se vende a pesar de ser el tiempo y el esfuerzo de una persona; además está sujeta a las leyes de mercado, mientras más oferta hay de puestos de trabajo, más elevado puede ser el salario que pidan los obreros, y al contrario, si existe más demanda que oferta los empresarios aprovecharán para pagar poco.
El trabajo mercancía o fuerza de trabajo, como todas las mercancías, tiene también un valor de uso y un valor de cambio o propiamente valor. Si recordamos que para Marx el valor de una mercancía viene dado por el coste de producción de la misma, para calcular el valor de la fuerza de trabajo tenemos que atender a sus costes de producción.
¿Y cuáles son los costes de producción de un trabajador, que es quien vende su fuerza de trabajo? Pues aquí tenemos que incluir
1) el coste de los medios necesarios para la existencia del obrero (comida sobre todo, ropa y un lugar donde descansar)
2) el coste de los medios necesarios para el sustento de la familia del obrero (pues cuando un obrero muere o está incapacitado para trabajar debe ser sustituido por otro, la procreación de la clase obrera es fundamental para el capitalismo)
3) los gastos necesarios para la formación del obrero en la profesión que desempeñará
¿Cómo se calcula el valor de la fuerza de trabajo?
El valor de uso de la fuerza de trabajo es, precisamente, que es creadora de valor. En otras palabras, el obrero consume menos de lo que produce.
Sabiendo esto estamos ya en condiciones de responder aquella pregunta que quedó en el aire: ¿Cómo se produce la plusvalía?
Volvamos a la fábrica del capitalista donde trabaja nuestro zapatero y detallemos la inversión que hace y los resultados que obtiene en un día de trabajo:
Materias primas (cuero, caucho, clavos, hilo y pegamento) 2000
Mantenimiento y desgaste de las máquinas 50
Combustible máquinas y fábrica (carbón, electricidad…) 150
Fuerza de trabajo (salario diario de 10 obreros) 200
2400
Durante la jornada de trabajo de ocho horas se han terminado 200 zapatos, tras haberse invertido 2400 oro. Es decir que cada zapato o zapatilla ha costado 12 oro, que es precisamente el precio al que se están vendiendo en el mercado. De esta forma el capitalista no obtiene ninguna plusvalía, así que dobla la producción doblando la jornada de trabajo pero mantiene una cifra sin alterar: el coste de la fuerza de trabajo. Paga al obrero como si trabajase ocho horas pero le obliga a trabajar dieciséis. La cosa queda entonces así:
Materias primas 4000
Mantenimiento y desgaste máquinas 100
Combustible demás energía 300
Salario obreros 200
4600 / 400 zapatillas = 11,5
Obligando al obrero a trabajar el doble del tiempo de lo que realmente se le paga, el patrón consigue bajar en 0,5 oro el coste de producción de cada zapatilla, con lo que al venderlas a su precio de mercado, 12 oro, gana en total 200 oro que en justicia, según lo trabajado, debía pertenecer al salario de los trabadores.
La plusvalía no es más, entonces, que el beneficio que saca el capitalista explotando a los obreros.
5. Las Plusvalías y los Salarios
(Diferentes modos de explotación de la clase obrera)
La producción de la plusvalía o la fabricación de la ganancia es lo que persiguen absolutamente todas las empresas capitalistas, es la base misma de todo el sistema de producción capitalista. No es entonces extraño que, sabiendo esto, Marx recalcase que el antagonismo entre la clase propietaria de los medios de producción y la clase trabajadora no desaparecería hasta que no desapareciesen las clases sociales mismas.
5. 1. Los diferentes tipos de plusvalía
- La plusvalía absoluta. Es la que acabamos de ver: se obtiene prolongando la duración de la jornada de trabajo. Si a un obrero se le paga como si trabajase 5 horas cuando en realidad echa 10, la cuota de plusvalía es del 100 %. Si trabaja 15 y cobra por 5 la cuota de plusvalía o el nivel de explotación al que es sometido el obrero es del 150 %. En ambos casos, el tiempo de trabajo necesario para alcanzar el valor de la fuerza de trabajo es de 5 horas, así que las cinco horas restantes en un caso y las 10 en el otro son horas de trabajo adicional o plustrabajo, en las cuales el obrero trabaja gratis, trabaja sólo para el empresario.
- La plusvalía relativa. El interés del empresario en obtener una alta cuota de plusvalía se ve frenado por un obstáculo insalvable: La resistencia del cuerpo humano. La jornada de trabajo no puede prolongarse indefinidamente. Al contrario, gracias a Marx y a los que como él lucharon por mejorar las condiciones de vida y trabajo de la clase obrera (gracias sobre todo a los trabajadores mismos que con su unión consiguieron asustar a los explotadores), los patronos tuvieron que reducir el número de horas de la jornada laboral.
Parece que con una jornada reducida la cuota de plusvalía tiene por fuerza que reducirse también. Según la nueva situación, una jornada de ocho horas, por ejemplo, el primero de los obreros que antes mencionamos “sólo” trabajaría 3 horas gratis para el empresario capitalista. Pero la realidad es que existe otra forma de elevar la cuota de plusvalía sin tener que aumentar las horas de trabajo: consiste en incrementar la producción de los artículos consumidos por la clase trabajadora, para así bajar los precios y a la vez el valor de la fuerza de trabajo de los obreros mismos.
En otras palabras, los capitalistas se fijan en que los trabajadores de sus fábricas sólo consumen (porque no tienen dinero para otra cosa) artículos de primera necesidad, como el pan, patatas, garbanzos, el carbón de sus cocinas y estufas…, así que, actuando en conjunto y con la alta conciencia de clase que tienen, producen gran cantidad de estos artículos consiguiendo que bajen los precios.
Antes, el obrero necesitaba ganar 5 oro al día para mantenerse a sí mismo y a su familia, es decir que el valor de su fuerza de trabajo por un día era de 5; pero ahora, como los precios de las cosas que consumen han bajado, el valor de su fuerza de trabajo también ha descendido a 3, es decir que con 3 oro puede comprar lo que antes le costaba 5 (comida y carbón para un día). Pero claro, el patrón no le sigue pagando 5 sino que reduce su salario a 3, y el obrero, aunque proteste, se aguanta porque sigue alimentando a su familia igual que antes, y eso es lo que más le importa en el mundo.
¿Cuál es la nueva cuota de plusvalía que obtiene el empresario? Un 62,5 %. Tras la reducción de la jornada de trabajo conseguida por las luchas obreras la cosa habría quedado así: 5 horas de trabajo necesario y 3 horas de trabajo adicional o plustrabajo. Sin embargo, la nueva treta de la clase capitalista le ha dado la vuelta a la tortilla, pues no se quedaban contentos con “sólo” tres horas de explotación. Ahora, el obrero agota en tres horas el valor de su fuerza de trabajo y las cinco restantes trabaja sin cobrar.
- La plusvalía extraordinaria. Se obtiene gracias al desarrollo tecnológico. El empresario que, en su afán de conseguir el máximo beneficio posible, incorpora los nuevos avances en maquinaria, logra una mayor productividad y así rebaja el coste de los artículos fabricados, con lo cual saca un mayor beneficio vendiendo al mismo precio.
Volvamos para entenderlo mejor a poner de ejemplo nuestra ya conocida fábrica de zapatos (aunque estaría bien que cada uno se inventase uno propio). Supongamos que se sustituye una máquina por otra más moderna, que clava ella sola las suelas de goma a los empeines de cuero a una velocidad que dobla el trabajo de la máquina antigua. Ésta además tenía que ser manejada por dos personas y la nueva lo hace todo ella. Los/as dos operarios/as son recolocados/as en otro momento de la cadena de producción y el resultado es que la fábrica produce 60 zapatos a la hora, exactamente el doble que antes de cambiar la maquinaria. Las cuentas quedarían más o menos así:
Antes
Materias primas 450
Desgaste maquinaria 50
Salario obreros 35
Energías 30
Plusvalía absoluta 35
---------
600 / 30 zapatos = 20 oro por zapato.
Cada zapato cuesta 20 oro, incluyendo ya una cuota de plusvalía absoluta del 100 %. Al cambiar la maquinaria el empresario sabe que no podrá vender los zapatos a más de 20 oro, pero el resultado sería el siguiente:
Después
Materias primas 900
Desg. Maq. 60
Salario 35
Energías 50
Plusvalía absoluta 35
----------
1080 / 60 zapatos = 18 por zapato
El capitalista obtiene una plusvalía extraordinaria de 2 oro por zapato, 120 en total en una hora de trabajo. Lo que ha sucedido es que ha rebajado el coste de su producto (su valor individual) a 18, mientras que el producto sigue vendiéndose en el mercado a 20 (su valor social).
Pero esta diferencia entre el valor individual de un producto y su valor social que supone la ganancia de la plusvalía extraordinaria no suele mantenerse durante mucho tiempo: en cuanto los demás fabricantes de zapatos descubran la nueva maquinaria la incorporarán y volverán a compensar las ganancias.
5. 2. Los diferentes tipos de salario
- Sistemas extenuantes de salario:
1. El salario a destajo. Es el que se cobra contabilizando el número de piezas u objetos fabricados por el obrero. “X” por cada suela clavada al empeine, “Y” por cada kilo de naranjas recogido…
Marx lo llamó también salario por tiempo, porque al fin y al cabo, dijo, el valor de cada objeto fabricado se calcula en base al salario de una jornada completa y el número de objetos que consigue fabricar en ese tiempo el obrero más hábil. Por ejemplo, uno de los obreros más veloces suelda 32 barriles de chapa y cobra 16 oro, con lo que el barril soldado se pagará a ½ oro. No será extraño que otro trabajador tenga que echar más horas para llegar a los 16 oro, ni que muchos hagan horas extra para ganar un poco más de dinero.
La finalidad que persiguen los capitalistas al implantar esta modalidad de salario es más o menos la siguiente: en primer lugar el obrero no necesitará a nadie que lo vigile porque él mismo se verá presionado para trabajar lo más rápidamente posible. Segundo, al pagar por piezas el patrón puede rechazar las que le parezcan que no están bien terminadas.
En conclusión, lo que se presenta como una ventaja a la hora de cobrar, se revela como un inconveniente para el/la trabajador/a medio, es decir, para la mayoría de los/as trabajadores/as.
2. Taylorismo. De Frederick W. Taylor, ingeniero norteamericano. La base del taylorismo es como sigue: se coge a uno de los obreros/as más veloces de la fábrica y se cronometra su trabajo a un nivel de intensidad muy elevado, operación por operación. Luego, estudiando estos datos se establece un régimen y unas normas de trabajo. El obrero que alcance las cotas establecidas cobrará más que el que no lo consiga.
3. Fordismo. Hemos visto hace poco un ejemplo de fordismo, cuando hablamos de la plusvalía extraordinaria que ganó el capitalista dueño de la fábrica de zapatos: Sustituyó una máquina por otra más rápida y obligó a los obreros a trabajar al nuevo ritmo. En esto consiste el fordismo, en elevar el ritmo de la cadena de montaje.
4. Participación en los beneficios. Consiste en que el patrón ofrezca un participación en los beneficios de la empresa a cambio de bajar los salarios, con lo que los obreros se sentirán forzados a trabajar más pensando en acrecentar las ganancias del capitalista y a la vez las suyas propias. Este sistema de salario pretende hacer sentir al obrero que están en el mismo barco que el capitalista, y que mientras mejor vayan las cosas más ganarán todos.
- Salario en especie, salario nominal y salario real.
El salario en especie era quizás el más frecuente durante los primeros años del capitalismo. El dueño de la fábrica solía ser dueño también de una tienda (un economato) donde los obreros compraban sin necesidad de usar dinero, se les apuntaba la compra y al final de la semana se le descontaba lo consumido del sueldo. Podemos imaginarnos que rara vez ganaba el trabajador dinero, más bien era lo comido por lo servido. Ésta es una de las situaciones donde mejor se ve lo que quería decir Marx (y otros economistas antes que él) cuando hablaba de que el valor de la fuerza de trabajo equivalía exactamente al coste de la manutención del obrero y su familia.
El salario nominal es el salario expresado en dinero, el que conocemos nosotros mejor. Pero además existe otra forma de expresar el salario, que consiste en atender a las cosas que el asalariado puede comprar con su sueldo. A este se le llama salario real porque nos dice realmente el nivel de retribución que obtiene el obrero por su trabajo.
Si se encuentran un día dos obreros, uno de Londres y otro de un pequeño pueblo de Escocia, y se cuentan que cobran tres libras a la semana, puede parecerle a ambos que cobran lo mismo. Pero la realidad es bien diferente. Debido a la diferencia de precios entre un lugar y otro, el que vive en Londres puede compran tan sólo la mitad de cosas (probablemente comida) que el otro. Aunque el salario nominal sea igual, el salario real de uno es la mitad del otro.
6. El Proceso de Acumulación del Capital
En este apartado se dará respuesta a esa cuestión que quedó en el aire al final de la primera parte, ¿cómo es posible que el trabajo asalariado empobrezca a los trabajadores/as en vez enriquecerlos? La clave está en mirar al proletariado y a los capitalistas como clase, no por individuos aislados. Y así se descubre al Capital como un monstruo que se alimenta del trabajo asalariado (de la plusvalía) para crecer más y más, y extender su poder de vampirizar el trabajo de quienes no tienen otra posesión más que esa. Pero lo cosa no queda ahí. Vamos a verlo.
6. 1. La reproducción simple
Las personas necesitan producir para vivir. Viven gracias a que consumen lo que producen. Y porque consumimos, debemos producir de nuevo. La producción es un proceso que se repite continuamente, día a día, mes a mes, cosecha a cosecha ...
La reproducción no es más que el proceso continuado de la producción. Como existen diferentes modos de producción, existen también diferentes modos de reproducción: cada familia produce para sí misma, o produce para sí misma la mitad del tiempo y la otra mitad para el señor feudal, o se produce solo para el amo como esclavos, o se produce a cambio de un salario, o se produce para la comunidad y se recibe una parte proporcional de todo lo producido para la comunidad...
La reproducción simple es una de las formas de la reproducción capitalista.
Si nos situamos a comienzos de la época capitalista, y volvemos a la fábrica de calzado que nuestro viejo conocido rico heredero montó para seguir siendo rico, lo veremos con un ejemplo:
La inversión total que hizo el heredero fue de, por ejemplo, 1 millón de euros, dividido en 800 mil de capital constante (medios de producción y materias primas) y 200 mil de capital variable (los salarios de los trabajadores/as). Ya conocemos los mecanismos económicos internos de la fábrica, así que supondremos directamente que el capitalista extrae de sus trabajadores/as una tasa de plusvalía del 100%. El resultado es una ganancia anual de 200 mil euros.
Pero hete aquí que nuestro capitalista es un “pelín” gastoso, y que debido a sus desmesurado gusto por dar fiestas para sus amigos ricos, y a su desmedida afición por la ruleta y el póker, dilapida la fortuna que gana tan pronto como cae en sus manos... Aunque no pierde la sonrisa porque sabe que ese dinero gastado no es más que la plusvalía ganada explotando a los trabajadores. A lo largo del año siguiente volverá a robar otros 200 mil euros para sus fiestas.
Cuando un capitalista gasta toda la plusvalía que obtiene en, digamos, “atenciones personales”, el proceso se llama reproducción simple.
En teoría el proceso puede repetirse sin variación una y otra vez. Sin embargo, este mecanismo de la reproducción simple, frecuente en los primeros años del modo de producción capitalista, cuando las fábricas eran pequeñas, no tuvo más remedio que desaparecer dejando paso a la reproducción ampliada.
6. 2. La reproducción ampliada. La plusvalía se convierte en capital
La reproducción ampliada se da cuando el capitalista reinvierte una parte de los beneficios obtenidos en ampliar la producción.
Antes se gastaba toda la plusvalía en atenciones personales, ahora gasta sólo una parte, y el resto lo invierte de nuevo en el proceso de producción.
Imaginemos que nuestro capitalista consigue dejar de jugar a la ruleta y al póker y que de los 200 mil euros de plusvalía que gana en un año, invierte la mitad en ampliar la producción.
El primer año la inversión fue de 1 millón de euros, divididos en 800 mil de capital constante y 200 mil de capital variable. La proporción entre ambos tipos de capital es de 4/1, cuatro partes de c. c. por una de c. v.
La reinversión de los 100 mil euros se hace en la misma proporción de 4/1, es decir 80 mil en c. c. y 20 mil en c. v. Con lo que las cuentas del año siguiente son de 1.100.000 de capital total invertido, dividido en 880.000 de c. c. y 220.000 de c. v.
Manteniendo la tasa de plusvalía en un 100%, los beneficios generados por los obreros serán de 220.000 €. Repitiendo el mismo proceso año tras año el capitalista aumentará el dinero que puede gastar en atenciones personales y a la vez irá ampliando su capital.
Capitalización
Esta reinversión de la plusvalía en el proceso de la producción se llama capitalización. El propietario, que ha obtenido una plusvalía del capital invertido, vuelve a invertir una parte de la plusvalía en capital. Así que el proceso es circular: si antes se extrajo plusvalía del capital, ahora se crea capital de la plusvalía.
Con este procedimiento, la empresa capitalista se alimenta a sí misma (se alimenta del trabajo no retribuido de los obreros, la plusvalía), y va creciendo más y más. De hecho, gracias al mecanismo de la competencia, las empresas capitalistas se encuentran lanzadas a una carrera por la supervivencia. El empresario que no aumenta su capital, acabará, más tarde o más temprano, perdiéndolo.
6. 3. La ley general de la acumulación capitalista
El capitalista va acumulando un capital cada vez mayor en sus manos. Compra más máquinas y herramientas y materias primas. Contrata a más obreros.
“Así pues, la acumulación del capital equivale al aumento del proletariado.”
Éste es un punto importante y conviene que nos detengamos en él. Intentaremos ver por medio de nuestro ejemplo que la empresa capitalista, el capital, crea sus propios trabajadores asalariados, el proletariado.
Quedamos que nuestro heredero montó una fábrica a principios de la era capitalista, pero no especificamos dónde. Así que ahora podemos situarla en el extrarradio de un pueblo donde hay trece zapaterías artesanas, o lo que es lo mismo, trece maestros zapateros con sus correspondientes oficiales y aprendices.
La fábrica comienza a funcionar con veinte trabajadores, porque en nuestro pueblo no hay paro. Gracias a la maquinaria, de la que carecen los maestros zapateros, la productividad de la fábrica es mucho mayor, y los precios de su mercancía mucho más baratos. En un par de años ha arruinado a nueve de las trece zapaterías. Pongamos un maestro, cuatro oficiales y diez aprendices por zapatería, multiplicamos por nueve y obtenemos el número de personas que han quedado sin empleo. 135 personas de las cuales 45 (los oficiales y maestros) mantenían una familia de 5 miembros cada una.
La calle de las zapaterías ha quedado sin vida, pero ahí no queda todo: la calle de las curtidurías ha notado el cierre de las zapaterías a las que abastecían de cuero. Los curtidores también tienen familia. Y varios vaqueros no tiene a quién vender su cuero...
En fin, la fábrica ha arruinado a más de 50 familias y dejado sin una fuente de ingresos a muchas más. Pero ella ha generado plusvalía, se capitaliza, y el capital se acumula en aquella proporción que nos resulta conocida: 4/1.
Recordamos que con 200 mil euros se paga el salario a 20 obreros/as. De los 100.000 de plusvalía reinvertida en la proporción 4/1, hay 20.000 de capital variable.
Hacemos cuentas. Después de la ruina que ha provocado, después del paro que ha generado, al capitalista le hacen falta dos obreros más.
6. 3. 1. La composición orgánica del capital
Marx llamó “composición orgánica del capital” a la proporción que existe, en un capital dado, entre capital constante y capital variable. En nuestro ejemplo, la composición orgánica del capital del fabricante de calzado era de 4/1. Cualquier nueva inversión debe realizarse en teoría en la misma proporción: Tanto invertido en la compra de medios de producción, tanto invertido en la compra de fuerza de trabajo para transformar las materias primas.
En realidad la composición del capital está en continuo movimiento. Pero, ¿en qué dirección varía? ¿Cuáles son los factores que influyen en la variación?
La fábrica de calzado arruinó a los pequeños productores en poco tiempo, pero tiene otros enemigos de mayor tamaño. Efectivamente, una fábrica de similares características se ha instalado en una zona cercana y le hace la competencia. Para seguir vendiendo, tiene que aumentar la productividad, tiene que conseguir fabricar más calzado a menor coste.
Si recordamos que los factores decisivos en el desarrollo de las fuerzas productivas son: la intensidad del trabajo, la especialización de los trabajadores o el desarrollo tecnológico, recordaremos también cómo estos factores determinaron las tres fases de desarrollo del capitalismo.
Ahora volvemos a nuestra conocidísima fábrica de calzado, e imaginando su interior, intentaremos averiguar cuál sería la composición orgánica de su capital.
1. Cooperación simple. Cada trabajador fabrica los zapatos en su totalidad, corta, cose, pega y tinta. La composición orgánica del capital puede ser de 1/1, la misma inversión en capital constante y en capital variable.
2. Manufactura. Cada trabajador/a realiza una acción diferente y están organizados en cadena. Se ha instalado la especialización del trabajo y se gana en productividad: el mismo número de trabajadores produce un número mayor de zapatos. Esto implica un mayor gasto en materias primas y demás medios de producción, mientras que el gasto en salarios sigue siendo el mismo. La composición del capital varía a, supongamos, 2/1.
3. Maquinismo. Las máquinas realizan las principales operaciones y el trabajador se convierte en su accesorio. La introducción de la maquinaria tuvo un efecto revolucionario dentro de la fábrica, pues al realizar el trabajo de varias personas, éstos fueron despedidos. La inversión en c. c. aumentó, mientras que la inversión en c. v. disminuyó. La composición orgánica del capital de la fábrica varió a, digamos, 4/1.
La tendencia es clara: aumento del capital constante a costa del variable. Es decir, cada vez se consigue producir más con menos personas
6. 3. 2. Capital individual, capital global y capital social
“Los numerosos capitales individuales invertidos en una rama determinada de la producción tienen una composición más o menos diferente entre sí. El promedio de sus composiciones individuales nos da la composición del capital global de esa rama de la producción. Finalmente, el promedio global de las composiciones medias de todas las ramas de la producción nos da la composición del capital social de un país, y en última instancia es a éste al que nos referiremos a continuación.” El Capital. Capítulo XXIII
Con estas sencillas operaciones matemáticas amplía Marx la perspectiva de su estudio desde el capital y producción de una fábrica hasta el capital social de un país determinado.
Las operaciones serían:
– Fábricas de calzado en Andalucía: 407.
Composición orgánica de capitales individuales: 4/1, 5/1, 4/1, 3/1, 7/2,... media total (la suma de todas las fracciones dividida por el número de fábricas) = 5/1 composición del capital global de la rama industrial de zapatería.
– Fábricas de tejido en Andalucía: 340.
Composición orgánica de los capitales individuales: etc.
La suma de los capitales globales de cada rama industrial dividida por el número de ramas: calzado 5/1, tejidos 6/1, carbón 3/1, etc., nos da 370 como resultado la composición orgánica del capital social de Andalucía.
6. 3. 3. Acumulación, concentración y centralización de capitales
– Concentración de capitales.
El movimiento de la concentración de capitales es idéntico al movimiento mismo de la acumulación. Cuando el dueño de la fábrica de zapatos arruina a los pequeños productores y los pone a su servicio, está concentrando los medios de producción, incluido el trabajo asalariado que para él es una cifra más. Acumula y concentra el capital en sus manos.
Otros capitalistas hacen lo propio en las mismas y en diferentes ramas de la industria. Si la moderna fábrica de zapatos ha arruinado a los zapateros de una zona, otra fábrica similar arruina a los de otra zona.
Y mientras hace desaparecer o engulle al pequeño productor, entabla la lucha contra los capitalistas vecinos ocupados en el mismo sector.
Bien. En ésta lucha entre tiburones (competencia empresarial capitalista), el que sale siempre perdiendo es el pececillo asalariado. El tiburón que más y mejor explote, ganará la batalla.
– Centralización de capitales.
Digamos que la concentración del capital es el resultado final de la batalla entre el empresario capitalista y el trabajador independiente, convertido tras su derrota en obrero proletario, asalariado del vencedor.
Pues la centralización de capitales es el resultado final de la batalla económica entre los capitalistas. El fabricante que ha logrado vender sus productos en la zona del vecino, puede acabar arruinándolo, y el otro no tendrá más remedio que asociarse o vender. En ambos casos la centralización sigue su curso.
La centralización aumenta y acelera vertiginosamente los efectos de la acumulación, y amplía y acelera al mismo tiempo los cambios operados en la composición orgánica del capital, aumentando la parte constante a costa de la variable. Ya sabemos lo que esto significa.
6. 3. 4. Producción progresiva de un ejército industrial de reserva
“La acumulación del capital que al principio se presenta como su ampliación cuantitativa, se efectúa, como hemos visto, en un continuo cambio cualitativo de su composición, en el aumento incesante de su parte constante a costa de su parte variable” XIII, 3.
Las primeras empresas capitalistas en una rama de la industria, acumulan y concentran capital ampliando su producción, reinvirtiendo en medios de producción (c. c.) y contratando a más trabajador@s.
En esta ampliación cuantitativa se basa el empresario para gritar a los cuatro vientos que si la empresa va bien, dará trabajo a más gente.
Pero desde luego se cuida bien de ocultar que esas personas necesitan trabajo gracias a que se las ha arruinado previamente, como ya hemos visto.
La empresa capitalista empobrece a los trabajadores/as independientes de la rama industrial donde se instala. Luego absorbe a una mínima parte de ellos, a los que contrata como asalariados/as. Pero es que más tarde, la acumulación cuantitativa por la que se hacía necesario contratar más trabajadores/as, es contrarestada por el cambio cualitativo en la composición orgánica del capital, por el cual se despide a los obreros/as.
A MODO DE RESUMEN. Los ricos más ricos, los pobres más pobres. “En la sección cuarta veíamos, al analizar la producción de la plusvalía relativa, que dentro del sistema capitalista todos los métodos para elevar la fuerza productiva social del trabajo se efectúan a costa del obrero individual; todos los medios para el desarrollo de la producción se truecan en medios de dominio y explotación del productor, mutilan al obrero convirtiéndolo en un hombre parcial, lo degradan a la categoría de apéndice de la máquina, destruyen con la tortura del trabajo el contenido de éste, lo enajenan las potencias espirituales del proceso del trabajo en la misma medida en que se incorpora a éste último la ciencia como ciencia autónoma deforman las condiciones en las que se trabaja, lo someten durante el proceso del trabajo al despotismo más odioso y mezquino, transforman su tiempo de vida en tiempo de trabajo, lanzan a su mujer y a su hijo bajo la rueda de Juggernatut del capital. Mas todos los métodos para la producción de plusvalía son al mismo tiempo métodos de acumulación, y toda expansión de la acumulación se convierte, por el contrario, en medio de desarrollo de esos métodos. De donde se sigue que, a medida que se acumula el capital, tiene que empeorar la situación del obrero, cualquiera que sea su retribución, alta o baja. Finalmente, la ley que mantiene siempre la superpoblación relativa o el ejército industrial de reserva en equilibrio con el volumen y la energía de la acumulación, encadena al obrero al capital de una manera más sólida que las cuñas de Hefesto encadenaban a Prometeo a las rocas. Esta ley determina una acumulación de capital. Así, pues, la acumulación de riqueza en un polo es al mismo tiempo acumulación de miseria, tormento de trabajo, esclavitud, ignorancia, embrutecimiento y degradación moral en el polo opuesto, es decir, en el lado de la clase que produce el producto propio como capital”.72
Anotaciones
1 Dentro de este apartado se incluye el coste de la parte proporcional del precio total de la maquinaria correspondiente a un día de uso.
Por ejemplo, si la máquina tiene de media 10 años de vida útil trabajando seis días a la semana, es decir unos 313 días al año, en total se le suponen unas 3130 jornadas hasta que deje de funcionar o sea sustituida, así que el precio de la máquina debe ser dividido por esa cifra, y como resultado nos da el coste del desgaste de un día de trabajo. Los repuestos están también incluidos en este apartado.
2 Esta es la razón de que Marx diferenciara claramente entre trabajo y fuerza de trabajo. El patrón, decía, no compra el trabajo del obrero sino que compra su fuerza de trabajo. Si fuese cierta la primera afirmación nuestro zapatero proletario cobraría sus 16 horas de trabajo, cuando lo cierto es que cobrará sólo 8.
3 En realidad, que una maquinaria sea más moderna que otra no quiere decir que le salga más cara al empresario. Si recordamos la nota 1 veremos que según Marx la maquinaria le pasa su valor a la producción poco a poco, durante toda su vida útil. En este ejemplo la máquina antigua duró 10 años, y clavó, a razón de 30 zapatos por hora, 14.400 por semana, 57.600 al mes y 691.200 al año. 6.912.000 zapatos clavados en toda su vida activa. La máquina nueva alcanzará esa misma cifra en 5 años. Nosotros hemos supuesto que la maquinaria nueva cuesta más del doble que la antigua y que tendrá los mismos años de vida. También hemos supuesto un aumento significativo en el gasto de la energía aunque no tiene por que ser así..
4 Marx pone el ejemplo del ferrocarril: “El mundo estaría ahora sin ferrocarriles, si hubiera tenido que esperar a hasta que la acumulación hubiese llevado a algunos capitales individuales al punto de poder afrontar la construcción de un ferrocarril. La centralización, por el contrario, lo ha conseguido en un abrir y cerrar de ojos, gracias a las sociedades anónimas.” El Capital. XIII, 3.
5 A medida que se desarrolla la tecnología.
6 Dios Indio al que se le ofrecían sacrificios.