OTRO MUNDO ES POSIBLE, UN MUNDO SOCIALISTA

9 de Mayo
Día de la Victoria sobre el nazi-fascismo

Veintisiete millones de ciudadanos soviéticos murieron para liberar a la humanidad del dominio del nazi-fascismo. Fueron los ideales de libertad, la defensa de la patria socialista lo que llevó al pueblo soviético a cumplir tan heroica gesta.

La emblemática imagen del soldado soviético colocando la bandera roja cruzada con la hoz y el martillo en la azotea del Reichstag, sede del Parlamento alemán, tiene un significado político histórico. Es el símbolo de la derrota del nazifascismo en la II Guerra Mundial, del fin de este sangriento conflicto bélico y la evidencia de que liberación de Europa y de la humanidad entera del dominio del fascismo se debió, en lo fundamental, a la heroica acción del Ejército Rojo Soviético, al Estado de obreros y campesinos que se erigió irreductible en la exUnión Soviética. Aquel acto histórico ocurrió un 9 de mayo de 1945. 

Durante décadas, la historiografía burguesa ha hecho esfuerzos por presentar al mundo un recuento de la II Guerra Mundial en el que, supuestamente, en su totalidad y el desenlace recayó sobre los hombros de los ejércitos estadounidense y británico. Pero no es posible ocultar que, de las 783 divisiones alemanas derrotadas en esta guerra, 607 lo fueron en el frente soviético-alemán; el 75 % de la Werhmacht (las Fuerzas Armadas de la Alemania Nazi) fue derrotado en ese frente por el ejército y el pueblo soviéticos. La invasión alemana a Polonia, el 1 de septiembre de 1939, marca el inicio de la II GM, y la acción arrolladora de la Werhmacht le permitió a Hitler, prácticamente, controlar toda Europa en abril de 1941. Inicialmente, el ejército anglo-francés no hizo nada para evitar la caída de Polonia, Francia, Noruega, Dinamarcam, Holanda, Bélgica, Luxemburgo. El corresponsal francés R. Dorgeles escribe: «Yo estaba asombrado de la tranquilidad allí reinante. Quienes manejaban la artillería en el Rin miraban tranquilamente a los trenes alemanes que transportaban material de guerra en la orilla contraria, nuestros aviadores volaban sobre las humeantes chimeneas del Sarre, sin arrojar bombas. Evidentemente la principal preocupación del comando supremo consistía en no intranquilizar al enemigo». Cumplido el propósito de controlar casi toda Europa, la Alemania nazi se planteó atacar la Unión Soviética. El Plan Barbarroja ­—organizado durante meses en el mando militar nazi— se proponía ocupar Rusia, hasta los Urales, en un plazo de cuatro meses. El ataque inició en la madrugada del 22 de junio de 1940, la operación abrió el Frente Oriental en el que se comprometieron más fuerzas que en cualquier otro teatro de guerra anterior. El área fue escenario de algunas de las batallas más sangrientas de la guerra. Concentraron 190 divisiones, cinco millones y medio de soldados, 4.000 tanques, 4.980 aviones y 192 buques de la armada nazi; pero la Wehrmacht chocó con una resistencia inesperada, todo el pueblo soviético se unió para defender la Patria Socialista y actuó con la consigna: «¡Todo para el frente, todo para la victoria!» El 3 de julio de 1941, Stalin se dirigió al pueblo soviético: «¡Camaradas, ciudadanos, hermanos y hermanas, miembros de nuestras fuerzas armadas! ¡A ustedes me dirijo, amigos míos!… Nuestras tropas luchan heroicamente, a pesar de las grandes dificultades, contra un enemigo superiormente armado con tanques y aviones… Junto con el Ejército Rojo, el pueblo entero se levanta en defensa de su amada patria… Esta guerra no será una guerra cualquiera entre dos ejércitos enemigos. Esta guerra será la lucha de todo el pueblo soviético contra las tropas germano-fascistas. El propósito de la guerra popular consistirá no sólo en destruir la amenaza que pesa sobre la Unión Soviética sino también en ayudar a todos aquellos pueblos de Europa que se encuentran bajo el yugo alemán. En esta guerra el pueblo soviético tendrá sus mejores aliados en las naciones de Europa y América, incluido el pueblo alemán, esclavizado por sus cabecillas… Camaradas, nuestras fuerzas son poderosas. El insolente enemigo se dará pronto cuenta de ello… Toda la fortaleza de nuestro pueblo se empleará para aplastar al enemigo. ¡Adelante! ¡Hacia la Victoria!»

Efectivamente eso ocurrió. El pueblo soviético inició la Gran Guerra Patria que no solo expulsó de su territorio a la bestia nazi-fascista, sino que liberó a toda la humanidad de su existencia y ayudó a varios pueblos de Europa a emanciparse del dominio del capital. Los alemanes no pudieron cumplir con su deseo de marchar sobre la Plaza Roja de Moscú en noviembre de 1941, como lo habían planificado; lo hizo el Ejército Rojo y de ahí directamente fue al campo de batalla. Fracasaron también en la conquista de Leningrado (hoy San Petersburgo). El asedio a la ciudad duró 872 días, debido a ello murieron más de un millón de personas por hambre y frío; pero Leningrado no se rindió. 

En Stalingrado se produjo la batalla más encarnizada de la historia, con un saldo de más de tres millones de soldados muertos de los dos bandos, duró desde agosto de 1942 a febrero de 1943. Se peleó casa por casa, piso por piso, en cada calle, en cada plaza. «Uno de los episodios más gloriosos es el de la Casa de Pávlov —edificio de departamentos defendido por una pequeña guarnición—, que pasó entre el 23 de septiembre y el 25 de noviembre de 1942, cuando otro comando soviético la reemplazó. El Sexto Ejército Alemán, que en menos tiempo se había apoderado de media Europa, fue incapaz de apropiarse de esta casa, defendida por una docena de aguerridos soldados. Los hombres de Yákov Pávlov, suboficial que comandó la defensa de este fortín, eliminaron más soldados del enemigo que los soldados alemanes que murieron durante la liberación de París.» [1] 

En febrero de 1943, Stalingrado triunfó y eso marcó el inicio de la derrota total de Alemania. Para entonces, los aliados (Estados Unidos y Gran Bretaña) ya debían tener abierto el Segundo Frente, pero aún no lo hicieron, facilitando la concentración de tropas alemanas en el Frente Oriental. El 10 de junio de 1943, Stalin escribe a Roosevelt: «Usted y Churchill han decidido posponer la invasión a Europa Occidental para la primavera de 1944. Otra vez nos tocará luchar casi solitariamente.» En carta a Churchill dice: «Nuestro gobierno nunca pudo imaginar que EEUU y Gran Bretaña revisaran la decisión de invadir Europa Occidental… No fuimos consultados… Usted me dice que comprende por completo mi desilusión. Es mi deber aclararle que no se trata de una simple desilusión del gobierno soviético sino de mantener la confianza entre los aliados. No hay que olvidar que se trata de salvar la vida de millones de personas que viven en las regiones ocupadas de Europa Occidental y Rusia, así como también de reducir las inmensas bajas del Ejército Soviético.» La esperada apertura del Segundo Frente se produjo el 6 de junio de 1944, que algo alivió la presión que en los últimos tres años las tropas alemanas habían ejercido sobre la URSS. 

Luego de liberar a más de veinte países europeos del dominio nazi-fascista, el Ejército Rojo Soviético ingresó a Berlín en mayo de 1945; el día 9, las últimas tropas alemanas se rindieron en Praga y culminó la Guerra. Veintisiete millones de ciudadanos soviéticos murieron para liberar a la humanidad del dominio del nazi-fascismo. Fueron los ideales de libertad, la defensa de la Patria Socialista lo que llevó al pueblo soviético a cumplir tan heroica gesta. 

[1] Ver: El 9 de Mayo, Día de la Victoria. Rodolfo Bueno | 09/05/2019 - Rebelión