El primer golpe de envergadura a la reconstrucción clandestina del PS ocurrió a escasos días del golpe de Estado, el lunes 24 de septiembre de 1973. En la calle Santiaguillo, y como consecuencia de una delación, fue detenido y asesinado a mansalva Arnoldo Camú.

Repentinamente, a mediados de 1969, Elmo Catalán, dejó de lado su máquina de escribir y su grabadora. A su familia le comunicó que se iba a Francia a especializarse en su profesión, pero en realidad el viaje sólo llegó hasta Buenos Aires. De ahí se supone que, junto a otros voluntarios, viajó a Cuba y luego a Bolivia para integrarse a Ejército de Liberación Nacional.

Fueron hombres sencillos, compañeros honestos, militantes leales,cuyos sueños libertarios, cuyas aspiraciones de igualdad, los llevaron, aún a costa de renunciar a toda vida personal, al sitio más peligroso y vulnerable de la historia de Chile: a ser escoltas de Salvador Allende Gossens.

Uno de los principales errores que cometimos fue nuestro voluntarismo. La Unidad Popular enseñó que los procesos tienen su propio ritmo y que los cambios no los hacen las vanguardias sino todo el pueblo. Muchas veces el que va al final de la fila es el que marca el ritmo y eso hay que tomarlo en cuenta.

Todos fueron tomados prisioneros, salvo los médicos que fueron liberados a excepción de Guijón, que fue llevado a una isla en el estrecho de Magallanes hasta diciembre. Luego fue llevado a Santiago, donde lo privaron del sueño por días, hasta que lo hicieron aparecer en TV para dar testimonio del suicidio de Allende.

Durante el Pleno Nacional del Partido Socialista, celebrado en Santiago el 19 y 2 de octubre, el Secretarlo General de ese Partido, senador Aniceto Rodríguez Arenas, leyó la siguiente carta que le enviara el Primer Ministro cubano Comandante Fidel Castro Ruz.

La Unidad Popular (también conocido por el acrónimo UP) fue una coalición electoral de partidos políticos de izquierda chilena que llevó a la Presidencia de la República al socialista Salvador Allende Gossens. La vía chilena al socialismo (la revolución con sabor a vino tinto y empanadas).

El pueblo de Chile atraviesa por el momento más difícil de su historia. La derrota de la Unidad Popular y la instalación de la dictadura militar fascista, han replegado profundamente al movimiento popular. La lucha por la liberación nacional y el socialismo se da ahora en condiciones muy distintas y particularmente duras.

Carlos Altamirano Orrego fue uno de los primeros que se intento asesinar. Incluso persiguiéndolo en calles de países socialistas. Nunca lograron hacerlo. Menos suerte tuvieron el general Carlos Prats, Bernardo Leighton y Orlando Letelier, víctimas todos de la misma mano criminal: Michael Townley y sus asociados.

Hoy resulta fácil para todos comprender que representábamos una importante amenaza para el imperialismo con efectos irradiadores en América Latina, sino una posible base de operaciones para movimientos revolucionarios, una amenaza para sus designios geopolíticos, un «laboratorio» en pequeña escala.