OTRO MUNDO ES POSIBLE, UN MUNDO SOCIALISTA
«Libertarismo», concepción política reaccionaria de la gran burguesía
El término libertad ha sido manoseado y manipulado por las clases explotadoras en distintos momentos para su beneficio, inclusive para justificar políticas que nada tienen que ver con ella. «La libertad es una gran palabra —dice Lenin—, pero bajo la bandera de la libertad de industria se han hecho las guerras más expoliadoras y bajo la bandera de la libertad de trabajo se ha despojado a los trabajadores.»
Hay ocasiones en las que no resulta muy fácil definir a un movimiento político con un concepto específico, porque en sus propuestas o programas encontramos elementos que reflejan la presencia de diversas tendencias de pensamiento —diversas en el sentido de variado, mas no de distinto—, entonces es necesario encontrar los elementos dominantes o más sobresalientes para definir lo que tenemos en frente. Ha ocurrido en nuestro país con organizaciones políticas que pregonan algunas ideas, pero cuando están en el gobierno sus realizaciones van en sentido contrario. En América del Sur, en la actualidad, el caso más emblemático al respecto es lo que ocurre con el pensamiento político del presidente argentino, Javier Milei, y del partido y la coalición política que le promovieron: el Partido Libertario y La Libertad Avanza.
Milei se auto define como libertario y anarcocapitalista, admite ser devoto de la Escuela Austriaca de Economía, se reconoce también como minarquista y liberal-libertario, y, se alinea con las concepciones teóricas del paleolibertarianismo. Resulta difícil descifrar esa alquimia de teorías solo a través de los conceptos, pero son sus ejecutorias las que permiten descubrir con facilidad sus contenidos y, sobre todo, desde qué lado de la sociedad actúan.
Desentrañemos el significado de esos conceptos para entender mejor a quienes tenemos en frente. El minarquismo es una corriente de pensamiento político que propone que el tamaño, papel e influencia del Estado en la sociedad debería ser mínimo, «sólo lo suficientemente grande para proteger el espacio aeroterrestre de una nación»; el anarcocapitalismo plantea que no debe existir el Estado y que ninguna autoridad debe utilizar la coacción para implementar leyes o normas; y, el paleolibertarismo es una estrategia de activismo de sectores políticos del libertarismo destinada a unir libertarios y conservadores, desarrollada por los teóricos anarcocapitalistas estadounidenses Murray Rothbard y Lew Rockwell en el contexto político norteamericano del fin de la Guerra Fría, de 1989 a 1995. La escuela austriaca, por su parte, es una escuela de pensamiento económico, se basa en el individualismo metodológico —el concepto de que los fenómenos sociales resultan de las motivaciones y acciones de los individuos—. En términos generales, esta escuela tiende a definirse como «la ciencia del libre mercado»; sus principales teóricos, Ludwig von Mises y Friedrich Hayek, especularon mucho respecto de la supuesta inviabilidad del socialismo.
Varias de sus propuestas económicas coinciden con los planteamientos esgrimidos por el neoliberalismo, pero tiene elementos que los distinguen, como pudo observarse al explicar algunos conceptos. De hecho actúan juntos en la ejecución de las políticas conocidas —en general— como neoliberales; sin embargo, los libertarios suelen insistir en que su pensamiento es «clásico», se reivindican como «verdaderos liberales».
La pluralidad de significados del término libertario es fuente de confusión política, puesto que puede entenderse como «partidario de la libertad», por lo tanto, contrario a autoritario; pero los libertarios-anarcocapitalistas son, esencialmente, reaccionarios, partidarios de regímenes de fuerza. La prueba está en cómo ejerce Milei su gobierno o cómo lo hicieron Donald Trump en EEUU o Jair Bolsonaro en Brasil.
El término libertad ha sido manoseado y manipulado por las clases explotadoras en distintos momentos para su beneficio, inclusive para justificar políticas que nada tienen que ver con ella. «La libertad es una gran palabra — dice Lenin—, pero bajo la bandera de la libertad de industria se han hecho las guerras más expoliadoras y bajo la bandera de la libertad de trabajo se ha despojado a los trabajadores.»1
El núcleo central del libertarismo es la defensa de la propiedad individual y del aprovechamiento del fruto del trabajo ajeno; reducen la libertad al ámbito de la economía, como disfrute privado de la vida y de la propiedad. Miran a la sociedad como una suma mecánica de individuos y no como un entramado condicionado por leyes naturales, que tienen características y particularidades en los distintos momentos de su desarrollo hitórico, una referencia de un pensamiento en ese sentido está en lo dicho por Margareth Thatcher: «la sociedad no existe, solo existen los individuos».
En circunstancias en las que los pueblos viven agobiados por la agudización de sus problemas materiales de vida, experimentan rechazo a la crisis de la institucionalidad burguesa, repudian el crecimiento de la corrupción institucional y la responsabilidad directa que los políticos burgueses tienen en todos esos y otros problemas, esta corriente reaccionaria ha ganado adherentes con un discurso que califica a los impuestos como «robo legalizado», al Estado como «estructura criminal», a la justicia social como desigualdad ante la ley, a la envidia como móvil y anti valor de los «colectivistas» y habla de la supuesta superioridad ética del capitalismo.
Lo esencial es que esta es una concepción ideológico-política reaccionaria, representa los intereses de los dueños del gran capital, combate los derechos democráticos de participación del pueblo porque la considera un atentado a los derechos individuales. Las propuestas políticas y económicas que ahora impulsa Javier Milei en Argentina tiene como eje transversal esas concepciones. Las limitaciones en el desarrollo de la conciencia de las masas hace que, algunos sectores de estas, mire a estos sectores como «anti sistema», cuando en realidad cumplen el plan de pilares para sostener el sistema capitalista imperante.
[1] Vladimir I. Lenin - ¿Qué Hacer? Pág. 11
Semanario en Marcha: «Libertarismo», concepción política reaccionaria de la gran burguesía